Es un excelente té añejo de una fábrica histórica, la Fábrica de Té de Lincang. Junto con otras ya conocidas en el mercado extranjero, como la Fábrica de Té de Kunming, la de Menghai y la de Xiaguan, la Fábrica de Té de Lincang fue una de las cinco fábricas de té más importantes en Yunnan en la época de la economía planificada. Un dato que ayudará a hacerse una idea sobre la importancia de esta fábrica, el Lincang Yinhao Tuocha (de marca: Lin Hao) fue creado por ella en 1985, y muy rápidamente ganó fama desde 1987, siendo reconocido como uno de los mejores Tuocha junto con el Menghai Tuocha y el Xiaguan Tuocha. Este 2002 Gao Shan Chun Jian fue de la última producción de esta significativa fábrica, ya que, al año siguiente, en 2003, la Fábrica de Té de Lincang se privatizó y se convirtió en Lincang Qiannian Gucha Ltd.
 
En la época de la economía planificada, las fábricas de té mezclaban las cosechas de diferentes regiones según sus propias fórmulas, además, aún no existía el concepto de Gushu. Por lo tanto, a excepción de la poca información que podemos obtener del nombre del té (Gao Shan = Alta Montaña, Chun Jian = Puntas Primaverales), que se elabora con tiernos brotes primaverales de alto grado y de alta(s) montaña(s), no sabemos exactamente de qué montaña(s) proviene este té, ni la edad de los árboles del té. Sin embargo, todo esto no impide que este té sea algo espectacular, la materia prima de alta calidad, la tecnología de la fábrica clásica y posteriormente las buenas condiciones del añejamiento lo han convertido en un té de tesoro.
 
Lo que este té tiene especialmente en su excelencia es el proceso de envejecimiento ortodoxo y neutro: estar bien envejecido mientras tanto alejarse perfectamente de los defectos comunes que a menudo aparecen en muchos Puerh añejos, como los desagradables olores de almacenamiento, etc. Es un té tan limpio tanto en sabores como en aromas. Las hojas secas son bastante florales, también nos recuerdan a un incensario con cenizas de incienso elegante en su interior, pero con muy pocas notas ahumadas; una vez activadas por el agua hirviendo, las hojas mojadas aportan unas vívidas notas amaderadas, así como un agradable aroma de añejamiento, como si camináramos por un bosque en una soleada tarde de otoño. Al ser de un té añejo elaborado con brotes tiernos, el licor es naturalmente suave, pero sigue siendo muy sabroso y complejo, con un cuerpo redondeado y sin rastro de aspereza. Todo esto resalta el largo y lento proceso de añejamiento en un almacenamiento extremadamente seco y limpio, llegando posiblemente incluso a generar dudas sobre su edad al compararlo con tés envejecidos en condiciones húmedas, y haciendo agradecer la paciencia de la espera de los sabores auténticos.