Hasta que se publicaron las nuevas normas nacionales en 2021, la caducidad reglamentaria del Yancha era de sólo 18 meses, por lo que el Yancha añejo se consideraba té caducado. Sin embargo, siempre ha sido de sentido común que el Yancha recién procesado no está en su mejor condición, y que necesita un periodo, de unas semanas para los de tostado ligero y de varios meses para los de tostado mediano/alto, para eliminar las desagradables notas de fuego. Además, los conocedores del té siempre han estado bebiendo y apreciando el Yancha añejo desde la antigüedad, ya que el Yancha sin duda transforma y desarrolla sus sabores particulares a lo largo del proceso de envejecimiento, aunque dicha transformación no es tan radical como la del Sheng Puerh.
 
Una opción bien seleccionada de nuestra serie de Yancha añejos es este 2016 Huang Guan Yin, en el que el encanto del Yancha añejo se encarna perfectamente, especialmente cuando se compara con nuestras versiones frescas de Huang Guan Yin. La magia del proceso de envejecimiento ha dotado al té de una mayor profundidad en los sabores, volviéndolo más suave en textura y más reconfortante, pero aun manteniéndolo enérgico. El sabroso licor, con abundante mineralidad, aporta intensidad y complejidad a nuestro paladar. Como parte de la transformación típica que ocurre durante el envejecimiento del Yancha, mientras que el sabor se suaviza y se vuelve más puro, el aroma suele debilitarse. La icónica fragancia floral a orquídea ya no es tan penetrante como en las versiones frescas, sino que se expresa de una forma no agresiva y más elegante, especialmente en la tapa del Gaiwan.
 
Sin duda, este té es una opción ideal para acercarse al Yancha añejo, y compararlo con nuestros Huang Guan Yin Premiado frescos ayudará a comprender la magia del proceso de envejecimiento.